martes, 20 de enero de 2009

Las manos se me duermen

A veces un quiché precocinado y calentado a microondas durante 2 minutos se puede convertir en la más romántica de las cenas. De fondo una selección musical de canciones que crean ambiente y delante la chica con la sonrisa más encantadora.
Me encantó el viaje. Me encantas tú.

Algunas canciones deciden por sí mismas convertirse en la canción del viaje (que no tiene por qué ser la canción del verano). En Cuenca fue Réquiem (de Iván Ferreiro), en León fue Verano Fatal (de Christina Rosenvinge y Nacho Vegas), en Lisboa Los Olvidados de Sidonie. Y esta vez la canción del viaje se convierte también en la canción del post-viaje:

Tengo que dejarte o no voy a llegar
Me gusta cuando duermes y odio madrugar
no tienes porqué sentirte mal
Te echaré de menos hoy

Te echaré tanto de menos
Cerraré fuerte los ojos hasta verte
Sólo tengo que esperar
Te echaré tanto de menos
que aunque busque una palabra
no habrá nada que me cure de verdad
Piratas

viernes, 16 de enero de 2009

Escapando

Si este post lo hubiera escrito ayer en lugar de esta noche habría escrito sobre la sanidad pública. Habría dicho que me parece un derecho que nos hemos ganado a pulso. Habría hablado sobre militares que creen que tienen más derecho que los demás, o sobre sus familias, que creen que también lo tienen por simpatía.
Si este post lo hubiera escrito anoche en lugar de hoy, habría contado que me indigna pasarme un día libre en las diversas salas de espera en las que estuve. Habría hablado sobre la mala gestión de los servicios públicos y lo sencillo que me parece a mí que sería gestionarlo.
Pero como ayer se me hizo tarde hablando con Sita XX para contarle lo indignadísima que estaba, lo escribo hoy.
Y hoy no quiero pensar en salas de espera, ni en números, ni en porcentajes de avance, ni en equipos de trabajo, ni en incidencias, ni en despertadores, ni en atascos de primera hora, ni en agobios, ni en reuniones repentinas. Hoy sólo quiero pensar en una sierra, en un coche mañana de camino a la libertad y a la tranquilidad, en abrazos y besos repartidos (entre dos, of course) y sobre todo no hacer planes. Necesito desconectar del todo durante un par de días. Romper con la rutina y distanciarme de casi todo. Necesito un fin de semana sin obligaciones, sólo haciendo lo que nos apetezca a las dos. Necesitamos un tiempo para nosotras. Nos lo merecemos.



If your hands & my hands strolled together around
if they were to make friends we’d be possibly up
to escape from this world, from this no past land.
Russian Red

Y ahora me voy a hacer la maleta, que el ipod ya está cargado de música.

viernes, 9 de enero de 2009

Nieva en Madrid

Miro por la ventana desde el trabajo y no sé si estoy en Madrid o en Suiza.
Cuando ha salido mi sobrino de casa esta mañana ha dicho que no quería pisar la nieve, no se fuera a derretir. Yo pienso que no sé cómo voy a salir de la oficina hoy, que no sé si podré sacar el coche de estas calles y que lo mismo tengo que dejarla (este coche también es chica) aquí abandonada.

Ojalá me condenaran a la niñez
Antonio Vega



Y yo me voy el fin de semana que viene a una casa rural. ¿Estarán de rebajas las cadenas para el coche?
Año de nieves, año de bienes ¿Por qué no?

jueves, 8 de enero de 2009

Todo o Nada

¿Reconocería hoy su voz? ¿La reconocería en una grabación? Si pienso en ella no la puedo reproducir en mi cabeza, han pasado unos 4 años desde la última vez que la escuché. No es poco tiempo. Su voz se me ha debilitado en la memoria pero dejó algo marcado en mí. Algo que me hizo daño mucho tiempo, algo que todavía me lo hace, algo que todavía después de todo este tiempo se interpone un poco en mi relación.
Hace mucho tiempo (mucho más de 4 años) alguien me dijo que me hacía falta que me chuleasen un poco. Decía que yo era muy ingenua y que confiaba en todo el mundo. Por supuesto lo único que le molestaba era que confiase en alguien más que en ella, resultó ser la misma persona que me lo dijo quien me chuleó. Cosas de la vida. Creo que fue la persona que más daño me hizo. Pero seguí siendo una ingenua. Después apareció ella y yo me cegué un poco y sólo la veía a ella, que eclipsaba todo lo demás. Incluso sus mentiras. Me hizo daño también, no tanto como la otra, pero me marcó más. Después no volví a confiar en nadie durante mucho tiempo, me encerré en mi mundo y evité todo lo que me pudiera hacer daño. Y un día decidí que ya estaba bien, que bastaba ya de autocompasión y de pensar que más vale prevenir que curar. Y volví a salir al mundo. Pero sé que no soy la misma, que todavía hoy tengo reacciones estúpidas de vez en cuando que sufre quien menos culpa tiene (como suele pasar) y que tienen una causa clara.

Todo esto viene porque tengo una leve impresión de que la he encontrado en un blog. No estoy segura, pero son demasiadas coincidencias y yo también soy buena atando cabos. No es que me importe demasiado aunque sí tengo que reconocer que tengo curiosidad por saber si es o no, y por saber qué fue de su vida después de mí. Después de nosotras. Después de lo que en su día fue TODO, aunque hoy sea NADA.


Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "¡Todo!", y el eco dice "¡Nada!".
Grito "¡Nada!", y el eco dice "¡Todo!".
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro

miércoles, 7 de enero de 2009

Y hasta aquí las vacaciones

Vaya pereza levantarme esta mañana, si es que tengo el sueño cambiado, es lo que pasa después de las vacaciones. En realidad a mí me pasa hasta los fines de semana, que el domingo nunca puedo dormir. Se me cambia el sueño igual que se me cambian los hábitos y las pintas. Ya he tenido que rescatar los zapatitos de su exilio al fondo del armario, los pantaloncitos y las camisas de persona seria y formal.
Pero bueno, yo ya estoy pensando en las próximas, que aunque serán pocos días pienso aprovecharlos muy bien, ha sido lo bueno de la vuelta, ver el mail de Sita XX diciéndome que ya ha hecho los deberes y que ha buscado casita para nuestra escapada. Si es que es un encanto… menos mal que esas cosas no dependen de mí, que según tengo hoy el día de productivo a saber dónde acabaríamos.