miércoles, 25 de noviembre de 2009

Recíclame en dos

Sabes que no,
no hay mucho más ahí fuera;
dentro estoy yo
con un camaleón
que cambia de escena.
No sé bien quién soy.
A veces disfrazo mi parte irreal
detrás de unas faldas.
No quiero llorar. No puedo llorar.

Ni quiero ni puedo, es verdad. No iba a servir de nada y no sería justo. Esto no tendría que ser así, yo no debería estar arrastrando los días sino saltando entre ellos. Es que casi todo tendría que ser distinto y yo no me siento con demasiadas fuerzas, no con las suficientes como para luchar por ello, tampoco con las suficientes como rendirme y olvidarlo. Me niego. Es renunciar a demasiado. Para asumir las cosas también hay que hacer un buen derroche de energías. Y así sigo, un día detrás de otro, o más bien un fin de semana detrás de otro, pensando que de éste no pasa y dejándolo pasar porque no es el mejor momento, nunca lo es. Hasta que vuelva a ser tarde y entonces dé igual porque ya siempre será mal momento y podré elegir un minuto al azar. No actuar es una forma de actuar, que a veces se me olvida.
Entonces es cuando parpadeo y pienso por un momento si lo estoy haciendo bien, si no me estoy equivocando y estoy siendo una egoísta y al momento pienso que tengo derecho, para luego pensar que no soy la única que tiene derechos y que hay quién vendió todos los suyos para regalarme a mí un racimo de derechos. Y me planteo si estoy confundiéndome y lo que tengo en realidad no es un derecho sino una obligación. Y vuelvo a cerrar los ojos y pienso que tampoco es justo y que estoy sacando todo de quicio. Y le vuelvo a dar más y más vueltas y ya no sé lo que tengo que hacer, aunque parezca que estoy decidida.

Hay algo peor que no saber quién eres: no saber siquiera quién quieres ser, ni lo que quieres querer.


Nadie me dijo que cambiar de escena fuera tan agotador.

Voy a relajarme...
Tiza

lunes, 9 de noviembre de 2009

¿no te sientes más pequeño?

Y ya lo sé, otra vez ha sucedido... y a mí se me ponen los pelos como escarpias escuchando las canciones que se cuelan en el momento justo. Y de repente solas tú y yo fundidas en un abrazo, tú y yo tan pequeñas entre tanta gente.
Es que es como para volverse loco.



Que empiece el viaje ya ...

Infinita ingenuidad, ilusión centesimal,
me creía tan capaz con mi capsula de albal,
mi torpeza fue total, de tan grande es demencial,
no detecto una señal, nunca encontraré el lugar
donde al fin me entienda.

Me perdí en mi universo, ¿y tú?
Me perdí en mi universo, ¿y tú?

Love of Lesbian