martes, 31 de marzo de 2009

A veces unos segundos se conviernten en un barredor de tristezas

Hay cosas que me pasan y ya ni me extraña. Como que planees un viaje cuando ya ha entrado la primavera y descubras que cualquiera de los últimos fines de semana del invierno habría sido más soleado. O que al enano se le ponga el cuerpo del revés justo ese fin de semana. O ir a hacer una visita a un castillo y llegar 5 minutos antes de que lo cierren (y muerta de frío).

Eso y no arrepentirme del viaje, a pesar de todo. Por aquello de volver a sentir esa extraña sensación de pertenencia a algún sitio, sentir que ésta es mi gente y que ésta, más que ninguna otra, soy yo. Por unos minutos pareció que todo era como antes, aunque sé que ya nunca volverá a serlo. Siempre faltará algo, y alguien, sobre todo alguien. Pero esos 5 minutos de risa incontrolada que acabaron con agujetas en la mandíbula me devolvieron a otro tiempo, a cuando las cosas eran mucho más sencillas. Creo que no sabía cuánto echaba de menos esa época. Merece la pena salvarlo.

Yo también quiero invitar a Eduardo, y a Silvio, a ver si me regalan un rabo de nube.


Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube
un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.

Silvio

lunes, 23 de marzo de 2009

Postrestando

Si hay algo que no soporto es que intenten tomarme el pelo. Si no quieres hacer algo no lo hagas, pero no hagas una mierda y digas que mira qué bueno eres…
Que yo no sé por qué me indigno todavía, si ya debería haberme acostumbrado. Estoy ya un poco harta de que el ayuntamiento de Madrid se dedique a hacer más bien poco y venderlo como si hubiera cambiado la ciudad. Pasó con las obras de la M30, que parece que no se había hecho antes otra obra en Madrid, objetivo: terminarlas antes de las elecciones. Aunque fuera a base de horarios interminables, de gente trabajando día y noche, de tener barrios aislados porque todos sus accesos estaban en obras a la vez, a pesar de hacer una chapuza que cada vez que llueve se inunda …
Pasó con el anillo verde ciclista, que encima tardó mil años en hacerse, ahora está bien, si no te dan mucho asco las ratas y si eres capaz de pedalear sin respirar (o careces de sentido del olfato). Que es muy fuerte que pase por un centro de recuperación de aguas fluviales!
Y pasa con todos los centros deportivos municipales que están inaugurando ahora, que de municipales tienen el cartelito de la puerta. Luego la gestión ya es privada, es un buen negocio. El ayuntamiento tiene su propaganda diciendo lo buenos que son y la empresa privada de turno saca el beneficio, así todos contentos el ayuntamiento y sus amigos que se lucran a costa del ciudadano. No quiero decir que haya tramas ni nada, eh, que seguro que se ha hecho un exhaustivo examen de todas las solicitudes y se ha adjudicado al mejor. Por lo que he visto, el negocio es facilito. El ayuntamiento construye los centros deportivos (cargados a los presupuestos que pagamos todos), la gestión la saca a concurso y la adjudica a una empresa, la empresa saca el beneficio de la gente que use sus instalaciones. Muy bien, si es un buen negocio ¿por qué no se lo queda el ayuntamiento? Y es más ¿por qué es un negocio? ¿No se suponía que los centros deportivos municipales estaban para fomentar el deporte y que su coste era el justo y necesario para mantener las instalaciones? Ingenua que es una… aquí todos ganan, todos menos los ciudadanos de turno, pero… mal será que se den cuenta, sólo hay que publicitarlo como nos interesa y en cuando lleguen las elecciones inaugurar y listo, mayoría absoluta otra vez.


Cada día me gusta más "La habitación Roja". Me costó entrar en su música, pero ahora me encanta. La canción en sí no tiene que ver con la historia, pero el estribillo me viene muy bien. Y además, me gusta un montón.





Ilusionistas y magos
somos lo que parecemos,
ése es el problema,
todo son mentiras.

La habitación Roja

martes, 17 de marzo de 2009

Como el calabobos

Cada vez estoy más segura de que las respuestas absolutas son equivocadas y que las correctas suele empezar con un "es que depende", serán mis raíces gallegas que por algún lado tenían que salir. No me gusta la gente que no comenta ni argumenta, que sólo sentencia.
No quiero ni siquiera opinar sobre el tema del aborto, que me parece ya de por sí bastante complejo como para tomarlo a la ligera. Por eso no me parece serio ni responsable jugar con las palabras y hacer demagogia con él. No me parece bien hacer un juicio categórico basado en una verdad absoluta, ah, se me olvidaba que a eso le llaman ellos doctrina.
Si vamos a hacer comparaciones no saques un lince y un niño de dos años muy ternasco, saca un embrión al menos, o saca unas células, ya puestos. No proteger a un niño de dos años es un crimen y está penado y contra eso no he oído ni una voz (parece que se les olvida).
¿Qué les parece si sacamos a un joven de 25 años contagiado de SIDA por no haber usado un condón y lo comparamos con un águila real? Qué quieren, es que alguien le dijo que los tocamientos impuros le iban a dejar ciego…
También podemos hablar del pastizal que se van a gastar en anuncios, que en estos tiempos que corren no sé a cuantos niños desprotegidos se podría alimentar con él.
Vale ya de esa doble moral, de querer imponer sus ideas y de salir a la calle a recortar derechos (o a intentarlo al menos). Basta ya de tanta hipocresía y de creerse con derecho a opinar y sentenciar por todos. Ustedes limítense a sus fieles y dejen que el resto nos pudramos en el infierno cuando llegue el momento.




Y te acosan de por vida
azuzando el miedo,
pescando en el río turbio
del pecado y la virtud,
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú
Serrat